“Cuando dije que un salario mínimo no aumentaría el paro, me llamaron loco”
Entrevistamos al profesor David Card, Nobel de Economía 2021 por sus avances en el estudio de las relaciones del mercado laboral con la inmigración, la desigualdad y el género.
Cuando yo era estudiante, la economía era fundamentalmente macro; se miraban los tipos de interés para proyectar lo que iba a pasar con la economía. Pero había un pequeño grupo de personas que estaban poniendo el foco sobre temas laborales, así que decidí formarme y realizar algunos cursos para introducirme en esas áreas. Era algo a lo que podía vincularme. Mi familia tenía una granja muy pequeña en la zona rural de Ontario y yo había trabajado en varias fábricas, por lo que se podría decir que procedía de la clase obrera. Además, desde mis primeros días como estudiante universitario, tuve una formación en Ciencias, por lo que estaba interesado en un tipo de economía más científica; en trabajar en algo que pudiera trasladarse a datos y demostrar que funcionaba.
Cuando el mercado laboral es relativamente fuerte, como lo es ahora en Estados Unidos, significa que hay muchas vacantes, y cabe cuestionarse porqué los empleadores no aumentan los salarios. No lo hacen, porque si lo hicieran y contrataran a algún trabajador nuevo, también tendrían que pagar más a todos los trabajadores que ya tienen. Así que siempre se busca una solución intermedia entre mantener las plantillas y los salarios bajos. Pero si obligas a los empleadores a pagar más, también optarán por contratar a ese trabajador adicional. Ese fue el modelo que Alan Krueger y yo desarrollamos y que es ampliamente aceptado hoy en día.
No hay evidencia que demuestre que nuestro trabajo tuviera una influencia directa en esos gobiernos, pero es bueno que los economistas estén comenzando a tomarse un poco más en serio la idea de que los salarios los fijan los empleadores. Fue Joan Robinson, una famosa economista, quien planteó esta idea en la década de 1930, pero fue ignorada. Cuando lo dijimos, la gente pensó que estábamos locos. Pero luego, varios países, incluido Alemania, introdujeron un salario mínimo y no pasó nada con sus economías.
Si el salario mínimo es demasiado alto, entonces las empresas no tienen vacantes, ya que básicamente, pueden contratar a quien quieran por ese dinero. En lo que normalmente nos fijamos es en qué porcentaje de los trabajos se cobra el sueldo mínimo. En los Estados Unidos, este no supera el 2% o el 3%, pero en algunos lugares podemos estar hablando de todos los puestos de nivel de entrada e incluso en aquellos en los que alguien ha estado empleado durante bastantes años. En España, yo creo que al menos el 15% de los trabajos se pagan con salario mínimo, entonces hay que pensar que esto puede ser algo que esté frenando el crecimiento. Es, efectivamente, un impuesto sobre el trabajo mal pagado.
Lo que encontré fue que la inmigración tuvo impactos negativos muy pequeños en la población de origen. Pero en mis estudios estamos hablando del mercado laboral de Estados Unidos, que es muy flexible, y la mayoría de los lugares del país que reciben inmigrantes tienen un largo historial de recepción de inmigrantes. Por lo tanto, es posible que alguien pueda presentar hallazgos diferentes en otro tipo de contexto. Mi trabajo más famoso en este campo fue analizar el impacto del Mariel Boatlift, que trajo alrededor de 150.000 cubanos a Miami y aumentó la fuerza laboral en un 7% en el espacio de un par de meses. Normalmente, no encuentras una evidencia tan directa sobre el impacto de la inmigración porque los inmigrantes van a lugares donde hay un crecimiento en las ofertas de trabajo, como España antes de la crisis financiera. En 1980, en Florida no había una atracción económica especial que atrajera esta afluencia de personas, pero aun así era muy difícil encontrar evidencia de cambios en el mercado laboral como resultado.
Como economista, creo que cualquier mecanismo para diversificar el riesgo es una acción muy eficiente.
Invertir en educación es una muy buena idea y casi todos los que han estudiado lo ven así. Analicé un montón de estudios de otras personas para analizar todos los sistemas educativos que han surgido en los países y vi los avances logrados por países como Suecia y el Reino Unido cuando aumentaron la edad obligatoria para dejar la escuela en la década de 1970. De la misma manera, Portugal es un país que hoy en día está logrando avances asombrosos en comparación con donde estaban.
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