11Jul2025

Cuando la Inteligencia Artificial puede inspirar la innovación

Aplicaciones de la Inteligencia Artificial entre originales y bizarras como convertir una vieja grabación en un hit, analizar gestos de una mascota o crear audiovisuales absurdos pero hipnóticos... Todo lo que la IA puede ofrecer.

Cuando la Inteligencia Artificial puede inspirar la innovación

Cuando al excavar Herculano en el S. XVIII descubrieron una biblioteca de papiros carbonizados, ninguno de aquellos ilustrados imaginó que algún día podrían leerse. No por falta de imaginación, sino porque intentar desenrollar aquellos despojos significaba destruirlos definitivamente.

Hoy,  la Inteligencia Artificial combinada con tomografía de rayos X y aceleración de partículas, ha logrado generar una imagen virtual, legible, de parte de un papiro. Esta técnica necesita madurar, pero inaugura la posibilidad de acceder a textos filosóficos desconocidos, incluso a alguna obra señera dada por perdida, además de otras actividades en conservación del patrimonio. 

Mientras esto sucedía, los Beatles ganaban su octavo Grammy 45 años después del asesinato de Lennon y 55 tras la separación de la banda. Un software asistido por Inteligencia Artificial ha permitido limpiar, completar y arreglar un boceto de canción grabada con solo voz y piano en los años setenta. 

De la filosofía clásica y los clásicos del pop saltamos al ganchillo, esa técnica de tejido que tanto relaja a sus aficionados. Los diseños no variaban gran cosa hasta que algunas webs empezaron a comercializar patrones tridimensionales creados con Inteligencia Artificial, algunos particularmente enrevesados como el de un dragón barbudo.

La cultura confuciana de respeto a las personas mayores explica el furor en China por la Inteligencia Artificial que procesa todo el material gráfico, oral y escrito de un fallecido para generar un chatbot realista que interactúa con sus familiares. Así les ayuda a sobrellevar la pérdida.

A estas muestras de aplicaciones entre originales y bizarras podríamos añadir cientos cada mes. Por ejemplo, existe una IA especializada en diseñar chips en horas, cuando el proceso convencional requería semanas, que innova patrones extraños, nunca vistos, con funcionalidades inesperadas. Chatbots que procesan toda la información accesible sobre una obra literaria para responder cualquier duda. Electrodomésticos como una cafetera que se manejan con la mirada mediante tecnología eye-tracking. También aplicaciones que analizan gestos, sonidos y cambios fisiológicos de una mascota para entender su estado emocional. 

Incontables apps que lo mismo resumen un libro técnico en 15 minutos de contenido esencial, que se adiestran para crear nombres con gancho en un proyecto o un negocio. O el boom audiovisual en las redes: surgen géneros con contenidos hipnóticos por la facilidad de generar ideas absurdas, o el clásico gancho de gatitos pero puestos a competir en unos juegos olímpicos, por poner solo un caso.

Estos y otros avances pueden transmitir la impresión de que la IA puede hacerlo casi todo. Y no sería cierto. En tareas complejas suele cometer errores o defraudar sus expectativas cuando un titular, para captar atención, exagera su habilidad. Pero, al menos en esta fase de su desarrollo, lo importante es que puede intentarlo casi todo por su cualidad multiusos, en cualquier sector.  

En este sentido, puede funcionar como un filón de ideas para nuevos productos, servicios, incluso negocios, o proyectar enfoques novedosos sobre los ya existentes. Ese nuevo estilo de contenidos audiovisuales que conecta con los adolescentes (creadores y a la vez consumidores) puede inspirar el marketing empresarial, por ejemplo. 

En todo caso, es una muestra de cómo una tecnología disruptiva, exponencial por su efecto motor sobre otras, se ramifica en aplicaciones que se cruzan con el mundo empresarial. Un chatbot con aprendizaje automático, especializado en El Quijote y compartido por estudiantes, puede dar pistas a una app comercial para usuarios de una marca. O como asistente interno para empleados sobre las actividades de su propia compañía. 

En definitiva, esa profusión de aplicaciones refleja cómo las mentes inquietas buscan huecos en el mercado. Incluso hasta producir efectos contraproducentes, como que un porcentaje creciente de startups se enfoque en desarrollos de Inteligencia Artificial, dejando otros campos tecnológicos faltos de atención.

Otros efectos de esta tendencia: la velocidad a la que evoluciona la economía tecnológica, con la necesidad de estar atentos a las novedades y seleccionar las que tienen sustancia entre tanto ruido, lo que exige criterio. Y la capacidad, entre asombrosa y preocupante, de la Inteligencia Artificial para precarizar negocios y, al mismo tiempo, crear actividades que reabsorben parte de esa mano de obra desplazada. 

MARIA ASUNCION MAYO

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