Medidas frente a la competencia desleal en mercados globales
La competencia desleal es un fenómeno que afecta a los mercados en todos sus niveles, ya sea el comercio local hasta el más global.
Existen una amplia gama de prácticas comerciales que atentan contra la competencia. Estas han ido evolucionando a lo largo del tiempo y se han diversificado, obligando a gobiernos y organismos internacionales a desarrollar nuevos marcos más modernos y ágiles para mitigar sus efectos. Lo más relevante en un entorno marcado por la globalización y la digitalización, es como las empresas enfrentan estos desafíos en mercados internacionales donde las normativas pueden variar drásticamente. Las prácticas de competencia desleal también se han vuelto más sofisticadas y en ocasiones difíciles de detectar, afectando a la sostenibilidad y el desarrollo económico de muchas industrias. Entender las principales formas de competencia desleal y las estrategias legales disponibles para combatirlas es crucial para cualquier empresa que desee mantenerse competitiva.
Las prácticas de competencia desleal no son un fenómeno nuevo. Lo relevante en la actualidad es cómo han ido cambiando. Algunas formas como el dumping, la venta de productos a precios inferiores al mercado interno para eliminar la competencia, están muy controladas. Otras han ido creciendo, como las basadas en el abuso de la información y su difusión distorsionada en mercados interconectados. Entre las práctica más comunes en la actualidad destacan:
• Copia de productos y de procesos: el plagio y la falsificación de productos afectan gravemente a las empresas, especialmente a las más innovadoras. Es muy frecuente en industrias como la de la moda, tecnología y en general buena parte de la de bienes de consumo, perjudicando tanto a las marcas como a los consumidores, quienes pueden recibir productos de menor calidad. Igualmente han evolucionado las técnicas de espionaje, hacking o infiltración dentro de las empresas con el objetivo de conocer o copiar tecnologías y estrategias sin haber incurrido en los costes de investigación y desarrollo.
• Nuevas formas de publicidad engañosa: el auge de nuevas formas de comunicación, como las redes sociales, multiplican las opciones de divulgación de información errónea o engañosa sobre un producto o servicio con el fin de inducir a error a los consumidores y dañar la reputación de la competencia. Esto afecta tanto a grandes empresas, como a las más pequeñas, siendo un caso cada vez más preocupante las reseñas falsas en buscadores o webs especializadas.
• Competencia desleal en costes por incumplimiento de prácticas medioambientales: mientras que algunos métodos de reducir costes de producción mediante condiciones laborales precarias son cada vez más escasos, la evasión de regulaciones medioambientales crece. Estas son especialmente evidentes cuando se enfrentan a regulaciones más rígidas de países desarrollados, como los miembros de la Unión Europea. La entrada de productos que no cumplen estas exigencias afecta a la competitividad de empresas que sí operan bajo normativas medioambientales más estrictas.
• Abuso de posición dominante: algunas empresas ejercen su gran poder de mercado bloqueando el acceso de nuevos competidores o realizando acuerdos exclusivos que limitan su entrada. Este tipo de abuso es cada vez más evidente en grandes operadores digitales, que dominan aspectos como formas de difusión, de búsqueda de empresas y su publicidad.
Las prácticas desleales generan efectos negativos tanto a nivel macroeconómico como empresarial:
• Reducción de la innovación: se pierden incentivos para invertir en investigación y desarrollo si los productos o servicios son copiados o clonados con facilidad.
• Distorsión del mercado: la eliminación artificial de la competencia genera posiciones de poder, que pueden generar precios más altos para los consumidores.
• Destrucción de empleos: industrias afectadas por competencia desleal suelen enfrentar cierres y despidos.
• Riesgos para los consumidores: ya que los productos falsificados o clonados pueden carecer de regulaciones de seguridad, lo que pone en riesgo la salud y el bienestar de los compradores.
• Dificultad de entrada en otros mercados: afectando al crecimiento de la empresa.
Frente a esta realidad, las empresas y gobiernos pueden utilizar diversos mecanismos legales para combatir la competencia desleal:
• Medidas antidumping: la forma más clásica es establecer medidas arancelarias y de protección contra países que importan a precios muy bajos. El cumplimiento de normativas medioambientales nacionales es otra forma de establecer medidas que protejan la entrada de productos que se benefician de normativas más laxas en sus países de origen.
• Protección frente a información falsa: monitorización del mercado utilizando herramientas de análisis, acciones legales preventivas como registrar y proteger legalmente eslóganes, marcas y patentes para evitar la apropiación indebida y su uso engañoso; verificar la información con servicios de auditoría externa que certifiquen tanto la veracidad de las campañas propias como la información falsa de las de la competencia.
• Medidas de seguridad internas: que protejan la información más sensible. Estas van desde acuerdos de confidencialidad a seguridad avanzada.
• Fortalecimiento de la propiedad intelectual: registrando patentes, marcas y derechos de autor para protegerse de la clonación y falsificación de sus productos.
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