MÁRQUEZ Y CÍA

Este marco contable mundial ha tenido en cuenta las graves consecuencias de las últimas crisis económicas y financieras, como por ejemplo los impagos que llevaron a la bancarrota a multitud de empresas. Esta normativa se ha adoptado a nivel mundial y de manera gradual se han ido adhiriendo diferentes países.

En España tienen obligación de aplicarla todas aquellas empresas que cotizan en un mercado regulado y también puede ser asumida por empresas que presenten estados financieros consolidados.

Con el objetivo de garantizar la estabilidad financiera, la NIIF 9 abandonó el concepto de “pérdida incurrida”, por el que sólo se aportaban provisiones de capital una vez que se producía un impago, e introdujo el de “pérdida esperada”, que obliga a estimar el riesgo de crédito de una factura que todavía no se ha cobrado y a provisionar según dicha estimación. La nueva normativa aumenta así las provisiones y en consecuencia también el impacto en el capital de las empresas. Un perjuicio mitigado en aquellas compañías no financieras que cuentan con un seguro de crédito, ya que éste reduce la pérdida esperada hasta en un 90%.

Esta reducción en el cálculo de provisiones proviene de una doble vía: por un lado la aseguradora de crédito garantiza un porcentaje significativo de las operaciones cubiertas y por otro, incrementa la eficiencia del recobro de los impagados.

Menos impagos y pérdidas y mejor recuperación

Al tratar de mitigar el impacto del riesgo de crédito antes de que se produzca cualquier incumplimiento, las nuevas normas de contabilidad internacional ponen en valor la aportación de las aseguradoras de crédito a la hora de proteger el capital del asegurado. Según subraya la directora comercial de Crédito y Caución, Marta Nodal, “por una parte, reducimos la probabilidad del impago, al apoyarle en la selección de clientes. Además indemnizamos, reduciendo así significativamente cualquier estimación de pérdida esperada y por último, ponemos en marcha mecanismos de recuperación que reducen aún más ese cálculo”.

Es por ello que Marta Nodal recomienda esta fórmula en todos los casos: “cualquier empresa, aunque no esté obligada a seguir la normativa internacional, puede acceder a los mismos niveles de estabilidad financiera frente a los impagos que busca este marco contable, a través de la contratación de un seguro de crédito”.

En Márquez y Cía. asesoramos a nuestros clientes para minimizar los riesgos de las operaciones comerciales y les acompañamos en todo el proceso. Es la mejor manera de proteger los activos de una compañía y de reducir el impacto contable de cualquier impago, aumentando las posibilidades de cobro.

Márquez y Cía. ¿Hablamos?

Consulta aquí el artículo original.