El seguro y su aportación de valor para las empresas
cycnews reproduce la tribuna del director de Comunicación de Unespa, patronal aseguradora, en la que aborda la situación del sector en la actualidad.
La vida real ya no es nada fácil. Gestionar el día a día de una empresa o un proyecto de emprendimiento supone una dura carrera diaria contra las adversidades: acertar con el producto, llegar al gusto del cliente, consolidar una cartera, vender, lograr que te sirvan y te paguen a tiempo, exportar, estar al tanto de tu competencia, gestionar los stocks y la producción, la distribución, los puntos de venta, el almacenaje, la rotación de producto, la gestión administrativa, de personal, fiscal... Estos son sólo algunos de los retos que encontramos dentro de la normalidad de una empresa. Afortunadamente, para esa normalidad tenemos una respuesta aseguradora, con productos como el seguro de crédito, que minimiza cada uno de esos riesgos, o los indemniza, en el caso de que se produzca algún tipo de siniestro.
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Los imprevistos. ¿Y qué pasa cuando, además, nos encontramos con siniestros que no tenemos previstos en el día a día? Si ya es dura la vida diaria de una empresa, pese a que puede disponer de amplia cobertura aseguradora, ¿qué pasa cuando tiene que afrontar un hecho extraordinario como un incendio, una inundación, la pérdida o el robo de toda la producción del ejercicio o de la maquinaria? Para esto también existe oferta aseguradora y estos riesgos suelen incorporarse como coberturas de los productos multirriesgo-industria. Cada año, por ejemplo, el seguro atiende e indemniza unos 43.000 incendios en pequeños talleres e industrias. Esto tiene un coste, de acuerdo con los datos de la última Memoria Social del Seguro, de 262 millones de euros. Hace unos años, en Unespa quisimos saber qué pasaba después de esos siniestros desde el punto de vista de la continuidad de la empresa. El ejercicio que llevamos a cabo no tenía como objetivo conocer el entorno asegurador, sino el empresarial y muy especialmente la pyme. En colaboración con la Cámara de Comercio de Madrid nos dirigimos a todas las pequeñas y medianas empresas de la Comunidad, representativa, por su diversidad, del conjunto de tamaños y especialidades que existen en el ámbito nacional. Les preguntamos si habían sufrido un gran siniestro en los últimos años, y lo que es más importante, qué habría sido de su negocio si ese siniestro no hubiera estado asegurado e indemnizado por el seguro. El 2% de las pymes madrileñas habría tenido que cerrar tras un gran siniestro no asegurado, pero otro 10% confesó que habría hecho peligrar seriamente la continuidad de su proyecto empresarial. Qué pasaría hoy. Todo esto lo preguntamos en el año 2006, cuando la economía iba de otra manera muy distinta, cuando el día a día con el que comencé este artículo era mucho más sencillo, porque el crédito fluía, los clientes consumían y los proyectos empresariales salían adelante. ¿Qué pasaría si repitiésemos esta investigación en la crisis actual? Más allá de las cifras, el mayor valor del seguro para las empresas es que representa una garantía de continuidad que minimiza, en esta crisis, la destrucción de nuestro tejido productivo. |
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