MÁRQUEZ Y CÍA

SOCIALMENTE RESPONSABLES DESDE 1929

David Capdevila. Director General de Crédito y Caución

Coincidiendo con el cambio de siglo, en el apogeo expansivo del ciclo, el mundo empresarial abrió una profunda reflexión acerca de su Responsabilidad Social. Fruto de ese proceso, la definición clásica de los fines de una empresa, maximizar el beneficio del accionista a largo plazo, se ha visto enriquecida con la creación de valor para el resto de los grupos de interés con los que se relaciona.

¿Esta visión ética y sostenible de la actividad empresarial será capaz de sobrevivir? ¿Cómo será el mundo después de la crisis? Quizás los problemas de la economía real han ayudado a recordarnos que la principal Responsabilidad Social de las empresas está en su capacidad de generación de riqueza a través de su actividad cotidiana, de su crecimiento, de su internacionalización, de su evolución y reinversión de los resultados en proyectos de I+D.

En ese sentido, según la sexta Memoria Social del Seguro, que elabora cada año la patronal aseguradora Unespa, el valor del seguro está en que redistribuye la inmensa mayoría de los recursos que capta. Dice la memoria que, de los nueve tipos de modalidades aseguradoras ligadas a la actividad de las empresas, el seguro de crédito supone cerca del 1% de los contratos y aporta el 25% de las prestaciones económicas. La indemnización asociada al seguro de crédito ha permitido a muchas empresas aseguradas sobrevivir a una fase del ciclo en la que el volumen de impagos se multiplicó por tres o por cuatro. En otras circunstancias, hubiera sido imposible para muchas de ellas seguir adelante.

Nuestra segunda aportación, está en la elevada capacidad para evaluar el riesgo de impago de cualquier cliente, por lejos que esté. Las aseguradoras de crédito disponemos de información diferencial sobre el comportamiento en pagos de las empresas en tiempo real: son nuestros propios asegurados, con la constante comunicación de prórrogas, retrasos o impagados, los que aportan una información dinámica que beneficia a todos los asegurados. En la fase expansiva del ciclo, esta capacidad de análisis era un potente instrumento de prospección y crecimiento rentable; en un escenario de sucesivos e intensos agravamientos macroeconómicos, permitió analizar con precisión el impacto micro, empresa a empresa, para ayudar a los asegurados a seleccionar clientes y prevenir la propagación de la morosidad.

Hoy por hoy, el mundo afronta ya un escenario de salida. El seguro de crédito jugará un papel creciente en esa recuperación económica, que será lenta. Entretanto, muchas de las conquistas en el terreno de la Responsabilidad Social se consolidarán en el mundo que viene. Quizás la más importante sea el Global Compact de Naciones Unidas que establece diez principios en las áreas de recursos humanos, condiciones laborales, medioambiente y anticorrupción. Como operador en España, Portugal y Brasil del Grupo Atradius, somos una de las 4.700 compañías que abogan por su aceptación universal por el mundo empresarial. No obstante, es importante comprender que no se trata de  incorporar nuevos valores sino, sobre todo, de poner negro sobre blanco aquellos que representan lo que somos y queremos ser. Nosotros, en el ochenta aniversario de nuestra fundación, sabemos que el eje de nuestra Responsabilidad Social estaba ya en aquellos primeros estatutos de 1929, nacidos para proteger el crecimiento de las empresas españolas.