`Los seguros de créditos son vitales, hay que potenciarlos?
cycnews reproduce la entrevista íntegra al presidente del Instituto de Estudios Económicos, en la que reflexiona sobre diversas cuestiones vinculadas al entorno económico.
La materia con la que está construida la economía son las empresas y las personas. Sobre estos dos pilares, los estudiosos postulan sus teorías acerca de cómo se puede hacer crecer un país. A la hora de abordar este desafío, la mirada de José Luis Feito, presidente del Instituto de Estudios Económicos [IEE], un Think Tank que tiene a la empresa como núcleo básico de su pensamiento, es sincera y sin titubeos. `Necesitamos una reforma laboral y del mercado de trabajo más ambiciosa, mejores políticas fiscales, menores cuotas a la Seguridad Social para los empresarios´, desgrana Feito. Empecemos por Europa. Alemania está volviendo a crecer a tasas superiores al 3,5%, mientras el crecimiento español está estancado. ¿Qué lecciones podemos extraer? En España la economía se ha quedado herida y no consigue remontar. Estamos dentro de los países que más dificultades tienen para recuperar el crecimiento mientras que Alemania lidera las naciones que están saliendo de la crisis. Detrás de esto hay diferencias, sobre todo, en las políticas económicas que se han instrumentado. Para acceder a los contenidos de prismacyc, pulse sobre la imagen. O sea, ¿hay diferencias estructurales? Sin duda alguna. Alemania llega a la crisis con una reforma hecha en el mercado de trabajo, que es la que explica sustancialmente esos buenos resultados. España, por el contrario, acude a este escenario con un mercado de trabajo, desgraciadamente, fosilizado, en el cual no se ha acometido ninguna reforma significativa. La política del Banco Central Europeo [BCE] se ha regido por un control férreo de los tipos de interés y apenas ha dejado margen a una política monetaria más relajada. ¿Le parece acertada la estrategia? El Banco Central debe fijar su política monetaria atendiendo al conjunto de Europa. Y para determinar si ha sido restrictiva hay que mirar a todo el Viejo Continente. Yo diría que su política durante la crisis de los tres últimos años ha sido la correcta. Precisamente, cuando empezó la crisis había esperanzas de cambio. Desaparición de los paraísos fiscales, control a los bonus excesivos, mejor supervisión de las agencias de rating Sin embargo, estas iniciativas parecen haber desaparecido. Creo que estas iniciativas se han ido llevando a cabo en la medida en que esto es posible en tan poco tiempo. Sin duda existe un proceso permanente de cerrar paraísos fiscales que son completamente opacos. Por su parte, las agencias de rating están sometidas a mucha más contestación que antaño, y ahora se autorregulan más. Dicho lo cual, todo lo anterior es irrelevante para la crisis. Que no existieran paraísos fiscales o que las agencias de rating fueran las mejores del mundo no añadiría, desgraciadamente, ni una millonésima de decimal al crecimiento de las economías. Pero los técnicos del Ministerio de Hacienda estiman en 50.000 millones de euros el dinero español en paraísos fiscales. Una cuantía que si regresara al sistema sería una gran ayuda en estos momentos. Este tipo de cálculos no son rigurosos, al igual que los que se hacen sobre la economía sumergida. Muchas de las cuentas que hay fuera no escapan al control del fisco. Una gran mayoría de esas cuentas han pagado en su momento sus impuestos. Y aunque el fraude fuera cero, España tendría el mismo déficit público. Cuando alguien propone que la solución a la crisis, en vez de subir impuestos o reducir el gasto, es luchar contra el fraude, puede estar seguro de que es un ignorante. El panorama que nos dibujan los expertos para nuestro país muestra un crecimiento económico bajo durante un tiempo largo y unos niveles de paro altos. ¿Hay salida posible a este poco virtuoso círculo? Si no se hace nada en el ámbito de las reformas estructurales, sobre todo del mercado de trabajo y también de la fiscalidad y el gasto público, entonces tendremos que resignarnos a tener un paro elevado durante mucho tiempo. Entonces, la reforma del mercado de trabajo, tal y como está planteada actualmente, le parece insuficiente. Esto es desgraciadamente un hecho incontestable. Es una reforma que tiene elementos contradictorios. El neto es positivo, aunque poco. En todo caso es apenas un arañazo para derribar ese muro de acceso a nuestro mercado de trabajo. Con estas reflexiones de fondo, ¿hacia dónde se encamina la economía española en un escenario de postcrisis? El futuro dependerá de las políticas económicas que se hagan. Con las políticas que están instrumentadas y anunciadas, el crecimiento español quedará supeditado en parte a la evolución de la economía internacional. Si somos optimistas de cara al crecimiento económico mundial en los próximos dos años, España puede tener tasas positivas, aunque débiles, de desarrollo en 2011. Desgraciadamente, con las políticas actuales tendremos un paro muy elevado. En este sentido, la reforma laboral parece que ha sido una imposición de organismos internacionales como el Fondo monetario internacional [FMI] o la Unión europea. ¿No es un punto de partida débil empezar a reformar desde la obligación? Desde fuera nos están diciendo cómo y por dónde tenemos que ir pero, desafortunadamente, no se les hace caso. Y, también desde fuera, los inversores extranjeros nos dicen algo muy claro: no queremos prestar o invertir dinero en un país que tiene al 40% de sus jóvenes en el paro. Entonces, cuando no nos prestan, es el momento en el cual el Gobierno se ve obligado a hacer reformas. Esas presiones son lo único que han permitido que se haga algo decente, si no íbamos camino de un 50% de desempleo. Ahora bien, ¿de qué manera va a cambiar esta profunda crisis la gestión de las empresas? Es curioso, pero porcentualmente han desaparecido el mismo número de empresas que de puestos de trabajo, en torno al 10%. Los empresarios han sufrido mucho más la crisis que los trabajadores, pues con esas compañías que han desaparecido algunos empresarios han perdido todo su patrimonio. Además no cuentan con un subsidio de paro como el trabajador. Esto desanima la iniciativa empresarial. Y al caer esta, bajan el empleo y el dinamismo económico. Sin duda, esta es la clave de la crisis. ¿Cómo valora el empleo del seguro de crédito por las empresas, especialmente en estos momentos? Los seguros de crédito son vitales. Hay que intentar potenciarlos y hacer todo lo posible para que su cobertura se extienda a países y sectores a los que todavía no llegan con la intensidad que sería deseable. Las compañías que están bien instaladas en el comercio internacional los conocen en profundidad. El problema reside en las empresas en las que la actividad importadora o exportadora resulta residual. Es aquí donde hay que concentrar los esfuerzos ya que, en general, las empresas que no tienen cultura exportadora tienen mucha menos cultura financiera que las que exportan. Las empresas españolas viven en una especie de bipolaridad. es cierto que muchas lo están pasando mal pero, a la vez, hay ejemplos de compañías y bancos con unos números envidiables. ¿Hay dos velocidades en las compañías de nuestro país? Afortunadamente, existen compañías que consiguen mantener un crecimiento de los beneficios significativo. La diferencia reside en que unas empresas operan en unos sectores y otras en otros. También que unas firmas tienen una orientación más internacional que otras. En este entorno, ¿cuáles son las que están mejor preparadas para afrontar la crisis? Tener la capacidad de vender en cuantos más mercados mejor siempre da un margen de maniobra superior. Es como diversificar una inversión. Las empresas que se concentran solo en un sector o en un país tienen el gran riesgo de desaparecer cuando ese segmento de actividad, en ese país concreto, vaya mal. Tener la capacidad de poder pasar de un mercado a otro en función de la coyuntura resulta un gran activo. Las compañías que han tenido esa vocación internacional, sin duda, en términos generales, lo están haciendo mejor. ¿Pero no han adolecido las firmas españolas de falta de esta mirada internacional? La empresa mediana y grande española ha hecho un trabajo de internacionalización excepcional. Probablemente ningún país del mundo ha conseguido en tan poco tiempo crear un conjunto tan potente de compañías multinacionales. Ahí están los casos del BBVA, Inditex, Banco Santander Por el contrario, las compañías de menos de 20 trabajadores se han internacionalizado muy poco. La pyme, como tal, tiene fortalezas y debilidades. en su opinión, ¿cómo se pueden impulsar las primeras y minimizar las segundas? En el fondo, la justificación de las empresas es ganar dinero. Y esto depende de los incentivos de la política económica. Depende de variables que no controlan ni las empresas españolas ni su economía, como son los tipos de interés. En España hasta hace poco el crédito era abundante y barato, y esto ha conducido a la empresa a cometer errores. Y ahora se da la situación de que es demasiado restrictivo, provocando el cierre de muchas firmas. Un contexto en el que el crédito esté disponible a un tipo adecuado resulta vital para que la empresa se embarque en actividades sostenibles. Espero que eso lo tengamos los próximos años. Hoy no. Actualmente, el crédito, cuando lo hay, está a un tipo excesivo. Ahora bien, después hay que resolver el problema de la fiscalidad: es demasiado elevada en comparación a los países de nuestro entorno. Un ejemplo. España es la nación del mundo donde se pagan las mayores cuotas a la Seguridad Social. A lo que se suman los problemas en el mercado de trabajo. En nuestro país despedir cuesta el doble que en cualquier otro. Pero lo cierto es que, una administración tras otra, todas lanzan medidas para apoyar a las pymes, pero estas continúan siendo uno de los elementos más frágiles de la economía. No tiene sentido distinguir entre pymes y grandes empresas. Hay que hablar de `la empresa´. Las necesidades de unas y otras son las mismas. Todas las economías tienen un porcentaje muy elevado de pymes que son las que mayoritariamente crean empleo. En España, para que contribuyan al crecimiento económico de una forma más estable y potente, es imprescindible instrumentar las reformas que comentaba antes. Hemos visto, especialmente en Alemania, la importancia de tener una fuerte capacidad exportadora. ¿Qué necesita la empresa española para ser una potencia en este sentido? En España hay que generar más empresas exportadoras. Pero es igual de básico crear una firma exportadora que otra que compita con la importación. O sea, las cifras de exportación pueden ser muy altas pero esto no quiere decir que el país resulte competitivo. Por eso es importante crear compañías que sean capaces de hacer aquí los bienes que se fabrican fuera. Lo que hay que potenciar son las empresas que producen bienes comerciables internacionalmente y para esto la competitividad es muy importante. En este tema de la competitividad, ¿no tendría más sentido potenciar las actividades en las que somos buenos: textil, turismo, servicios... y no intentar ser una nación tecnológica? La I+D no solo hay que verla como una actividad que permitirá desarrollar el sector tecnológico o las telecomunicaciones sino como una actividad que tiene que ir en todos los ámbitos económicos y que, incluso, puede potenciar los sectores tradicionales. |
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