20Mar2024

¿Qué es la capitalización compuesta?

Conocer la diferencia entre capitalización simple y compuesta es clave para entender la forma en la que se aplican los tipos de interés sobre un capital.

¿Qué es la capitalización compuesta?
“El capital compuesto es la fuerza más poderosa del universo”. Esta frase atribuida a Albert Einstein, uno de los mayores genios de la historia, puede parecer exagerada, pero sirve para adentrarnos en las grandes diferencias entre la capitalización simple y la compuesta a la hora de entender la forma en la que se aplican los tipos de interés sobre un capital.   Capitalización simple La capitalización simple es aquella en la que el capital original genera unos intereses periódicos, pero estos no se añaden al capital para generar y calcular los futuros intereses. Su aplicación y cálculo es sencillo y en la práctica suele ser de aplicación en determinados casos: • Operaciones muy a corto plazo, de menos de un año, más generalmente en productos de inversión que de financiación. • Cálculo de los pagos de un préstamo en periodo de carencia, en el que se generan intereses que son abonados periódicamente.    Capitalización compuesta Al contrario de la capitalización simple, en la capitalización compuesta los intereses que genera el capital en cada plazo se agregan al capital para calcular los intereses del siguiente periodo, y así sucesivamente hasta que finalice la operación.  Por su propia naturaleza, la capitalización compuesta se utiliza generalmente en plazos superiores a un año. Un ejemplo claro de aplicación en productos financieros son los fondos de inversión o los planes de pensiones, que van acumulando las ganancias o pérdidas que vaya generando.    Tasas equivalentes en capitalización compuesta Un término fundamental alrededor del concepto de capitalización compuesta son las tasas equivalentes. Su función es fundamental para obtener un tipo de interés equiparable que permita comparar de forma homogénea operaciones o productos financieros en los que los intereses se devengan en distintos periodos de tiempo (diario, semanal, mensual…)  La tasa equivalente más utilizada está calculada a un año. Es la conocida TAE o Tasa Anual Equivalente. Imaginemos una tarjeta de crédito con una liquidación mensual de intereses del 1%. En términos de capitalización simple eso sería un 12% anual, pero al aplicar el interés compuesto para calcular la Tasa Anual Equivalente, esta asciende al 12,68%.  La capitalización de cualquier inversión es por tanto algo esencial, especialmente conocer las formas en las que se puede aplicar los intereses y sus distintos efectos. Un concepto fundamental que no solo se aplica en las inversiones, sino también al análisis de proyectos. 
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