Crecimiento más lento en Australia en el tercer trimestre
Las empresas australianas siguen padeciendo un flujo de caja negativo, consecuencia del coste de dar respuesta a nuevos pedidos, por una parte, y de retrasos en los pagos, por otra.
La economía australiana se libró de lo peor de la crisis crediticia mundial y se recuperó relativamente deprisa de una crisis poco profunda debido, principalmente, a estímulos fiscales integrales y a una fuerte demanda de materias primas por parte de Asia. El primer ministro ha prometido que la balanza fiscal recuperará un pequeño superávit en 2012-2013 y hay probabilidades de que tenga éxito, al preverse un fuerte crecimiento económico [el 3,4% este año y en 2011] manteniendo boyantes los ingresos fiscales.
Según el instituto de estadísticas de Australia, en el tercer trimestre de 2010 el crecimiento del PIB se redujo un 0,2% respecto al trimestre anterior [pero manteniendo aun así un 2,7% en términos interanuales], debido a la fortaleza de la moneda que ha perjudicado las exportaciones, mientras que los altos tipos de interés y la reducción de los estímulos del gobierno han frenado el consumo privado y el mercado de la vivienda. Sin embargo, el empleo sigue mejorando y el índice de desempleo se mantiene estable en torno al 5,1%. El empleo ha crecido en los sectores de servicios técnicos, científicos y profesionales así como en la minería, aunque sigue mostrando debilidad en el sector de manufacturas, ocio y arte.
El gasto de los consumidores ha crecido un poco por debajo de la tendencia general en el último año. A pesar de que las encuestas dicen que la confianza de los consumidores se ha mantenido en niveles generalmente altos a lo largo de los últimos 18 meses, los consumidores todavía se muestran prudentes a la hora de gastar. Tras un importante aumento de la deuda de los hogares en los últimos 10-15 años, las familias están ahora recortando su deuda y sus gastos. Esto se debe, en parte, a que, tras la experiencia de la crisis crediticia, son conscientes de que endeudarse más podría llevarles a una situación vulnerable en caso de una pérdida de ingresos y, en parte también, a que los prestamistas se muestran más cautos a la hora de ofrecer crédito.
En general, las condiciones de negocio son favorables, aunque se aprecian diferencias considerables entre los diferentes sectores. Mientras las condiciones en el sector de la minería han alcanzado su mejor nivel desde finales de 2007, en el sector de la construcción han empeorado al ir desapareciendo los beneficios de la actividad de obras públicas asociada a los estímulos. En el sector del turismo las condiciones también han empeorado, reflejando en parte la apreciación del dólar australiano. La inversión empresarial se apoya en una sólida financiación interna para gastos de capital. Sin embargo, el crecimiento de los préstamos a empresas sigue siendo débil, y las empresas siguen devolviendo créditos al tiempo que la concesión de nuevos préstamos comerciales crece poco. Las pequeñas empresas son las que están sometidas a condiciones más duras, ya que tienen menos probabilidades de invertir que las grandes empresas y están haciendo frente también a dificultades en el acceso a la financiación.
El nivel de insolvencia sigue por encima de los niveles anteriores a la crisis Según la Comisión Australiana de Valores e Inversiones, en términos interanuales, entre enero y octubre de 2010, se ha reducido el número de empresas en proceso de liquidación y declaradas insolventes, con 6.732 y 10.810 casos respectivamente, frente a los 7.182 y 11.121 casos registrados entre enero y octubre de 2009. Sin embargo, a pesar de las positivas condiciones macroeconómicas en Australia, el número de insolvencias sigue por encima de los valores anteriores a la crisis. Las empresas australianas siguen padeciendo un flujo de caja negativo: consecuencia del coste de dar respuesta a nuevos pedidos, por una parte, y de retrasos en los pagos de clientes, por otra. |
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