Preocupación del consumidor en Estados Unidos
Las perspectivas de Crédito y Caución apuntan a un crecimiento tibio de Estados Unidos. Todavía persisten los problemas estructurales surgidos a partir del derrumbe residencial.
Según estimaciones adelantadas por la Oficina de Análisis Económico de Estados Unidos [BEA], en el tercer trimestre de 2010, el PIB real creció un 2% respecto al trimestre anterior, frente a un 1,7% en el segundo trimestre. Los principales motores del crecimiento fueron el aumento del gasto de consumo, la inversión privada en inventario, la inversión en activos fijos no residenciales, el gasto público y las exportaciones.
Por lo que respecta al gasto de consumo, el tercer trimestre coincide con la temporada de compras de `vuelta al cole´, que tradicionalmente proporciona cierto estímulo, mientras que la inversión empresarial en inventario se sitúo en 115.500 millones de dólares. Sin embargo, sigue siendo objeto de preocupación que gran parte de la actual demanda se cubra con productos importados: una tendencia preocupante para los fabricantes nacionales. Según datos de la BEA, el déficit comercial aumentó de nuevo en agosto de 2010, situándose en 46.300 millones de dólares. Hasta que no se recupere la demanda de servicios y productos nacionales, es poco probable que se produzca una reducción significativa del desempleo, que se sitúa en la actualidad en el 9,6%. Muchos observadores económicos creen que, para luchar contra el alto índice de desempleo, es necesario un crecimiento trimestral del PIB en torno al 3,5%, y no es probable que se registre tal crecimiento antes del segundo semestre de 2011.
Por tanto, las perspectivas apuntan a un tibio crecimiento de Estados Unidos. Todavía persisten los problemas estructurales surgidos del derrumbe del mercado de vivienda residencial y, si bien el gasto de consumo aumentó en el tercer trimestre, la naturaleza paradójica del comportamiento de los consumidores queda patente en la medición de la confianza de los consumidores en octubre, que pone de manifiesto un elevado grado de inquietud. Con 14,8 millones de desempleados, y poco alivio por lo que respecta a la recuperación del mercado de la vivienda a corto plazo, es comprensible que los consumidores de Estados Unidos todavía se muestren preocupados. No cabe duda de que esta preocupación se ha manifestado en el cambio de voto a favor del Partido Republicano en las elecciones legislativas de noviembre, que denota una clara falta de confianza en las políticas aplicadas hasta ahora para hacer frente de manera convincente a los problemas económicos del país. La Administración busca una recuperación impulsada por las exportaciones Se ha anunciado una segunda ronda de estímulos federales, o expansión cuantitativa [QE2], lo que significa, esencialmente, que la Reserva Federal de Estados Unidos comprará bonos del gobierno de Estados Unidos a los bancos, poniendo así más dinero en circulación, con la esperanza de que esta medida fomentará que los bancos adopten actitudes de préstamo más expansivas hacia las empresas en dificultades y los potenciales compradores de viviendas. La primera ronda de expansión cuantitativa no logró convencer a los bancos más pequeños de que relajaran sus políticas crediticias, especialmente en el caso de entidades con carteras inmobiliarias corporativas deterioradas. Por consiguiente, Crédito y Caución seguirá con interés los efectos de esta ronda de expansión cuantitativa, en particular para ver si tiene un impacto positivo en las actitudes de los bancos en materia de préstamos.
La depreciación del dólar será uno de los efectos colaterales de la combinación de inyectar dinero al sistema y los bajos tipos de interés. Habida cuenta de que la Administración Obama está fomentando la necesidad de exportar como motor de la recuperación económica, algunos observadores más críticos discrepan de la QE2, al considerar que se trata de un medio injusto para conseguir que las exportaciones de Estados Unidos sean más competitivas gracias a un dólar débil. Alemania y China son los países que mantienen esta postura de manera más contundente, lo que resulta en cierta medida irónico teniendo en cuenta la aceleración de las exportaciones alemanas, que generan un desequilibrio comercial en detrimento de sus vecinos de la Unión Europea, y de la agresiva compra por parte de China de bonos del Tesoro de Estados Unidos, que ha servicio para calibrar favorablemente al Yuan frente al dólar.
Si bien estas posturas podrían potencialmente generar una reacción en forma de imposición de aranceles y restricciones como represalia, la Administración tiene la clara intención de optimizar las oportunidades de los exportadores estadounidenses. Se considera que esta estrategia es una estratagema a plazo relativamente corto para hacer frente a los elevados índices de desempleo local, dando a la vez un nuevo impulso a la industria manufacturera de Estados Unidos, de manera que dicho impulso a las exportaciones pueda servir como estímulo fundamental para un rebote de mayor alcance de la economía de Estados Unidos. Asia se ha convertido en un objetivo principal de las exportaciones estadounidenses y, antes de la cumbre del G-20, Obama ha visitado la India, Indonesia y Corea del Sur para promover y establecer acuerdos comerciales. El propio Grupo Atradius ha llegado a un acuerdo con el Export-Import [Ex-Im] Bank para ofrecer soluciones de seguros de crédito comercial para pequeños y medianos exportadores que han tenido dificultades en obtener seguros de crédito a corto plazo desde la crisis de 2008/2009.
Queda por ver en qué medida el plan de estímulo QE2 consigue tirar de la economía. No obstante, Crédito y Caución cree que, en ambos frentes, existen obstáculos considerables por superar en términos de actitudes. A nivel local, se plantea un reto considerable para superar las arraigadas actitudes restrictivas de los bancos en materia de préstamos, mientras que, por lo que respecta a las exportaciones, existe un riesgo real de que los socios comerciales adopten medidas proteccionistas. |
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