26May2021

¿Qué es un algoritmo?

Los sistemas informáticos necesitan que la lógica del algoritmo les diga, paso a paso, exactamente qué hacer. Sin él están perdidos.

¿Qué es un algoritmo?
¿Cuántas veces al mes escuchamos la palabra algoritmo? Esa mención recurrente refleja su importancia como núcleo de la tecnología basada en la programación, de la informática tal y como la conocemos. Se repite tanto que ha pasado a convertirse en un término comodín pero, ¿qué son realmente los algoritmos? Un algoritmo informático es, simplemente, una secuencia de instrucciones claras, enunciadas de forma precisa para completar paso a paso una tarea o tomar una decisión; un guion capaz de explicar la realidad compleja a unos dummies muy especiales: las máquinas, superdotadas, sí, en su capacidad de procesamiento, pero necesitadas de que se les indique siempre y a cada instante qué hacer. De hecho, algunos expertos niegan la inteligencia artificial más allá del uso metafórico del término, al menos de momento.  Las indicaciones para ejecutar tareas complejas explican el formato del algoritmo: la precisión de las instrucciones para evitar ambigüedades, el empleo de recursos como la repetición (si te lavas los dientes, cepillas diez veces), la secuencia (poner la pasta antes y no después de cepillar) o las condiciones lógicas (si el tubo de pasta está vacío, derivar la acción a una rama diferente en la secuencia: pedir pasta prestada, comprar…). Todas esas instrucciones y relaciones lógicas entre ellas se codifican primero con signos en un diagrama de flujo, que después los desarrolladores traducen a un lenguaje de programación para que la máquina lo entienda y ejecute.  Esa lógica, desde la idea del diseñador a la plasmación en un código informatico también se refleja en la organización de la tarea. Por eso las aplicaciones no suelen emplear uno sino una combinación de algoritmos, cada uno es responsable de una parte concreta de la solución. Por ejemplo, una app de navegación puede emplear un algoritmo para localizar las rutas hacia el destino, otro que averigua la densidad de tráfico en ellas y un tercero propone la más rápida y guía al usuario.  Algunos algoritmos son profundamente valiosos y su conocimiento está en el corazón del valor añadido de las empresas. La fórmula de la Coca-Cola es el algoritmo no computacional -no requiere de un ordenador para ser ejecutado- más conocido en el mundo empresarial, por la leyenda en torno a su custodia en una caja fuerte de Atlanta desde que fue descrita en 1919. Como muchas otras recetas, su valor reside en ser capaz de reproducir un sabor original. Los algoritmos computacionales, sin embargo, no dejan de ajustarse y perfeccionarse para realizar mejor su tarea. Responden a una visión o el modelo de negocio para el que se desarrollan, optimizan el flujo de instrucciones para trabajar con eficiencia, sin los sesgos que pueden imprimirle sus creadores humanos, y requieren de una actualización permanente de parámetros según las circunstancias cambiantes del problema a resolver. El algoritmo de Google, que comenzó devolviendo resultados de búsqueda en los que se priorizaban las webs en función de sus enlaces desde otras páginas, está en continuo desarrollo para mantener el valor añadido del célebre buscador.  Crédito y Caución también crea y utiliza sus propios algoritmos para determinar el riesgo de crédito de cada uno de los millones de deudores con los que sus asegurados cierran operaciones comerciales. Cuando se produjo la explosión del comercio internacional, en los años noventa del siglo pasado, la aseguradora de crédito abordó la primera versión de su actual Sistema Automático de Decisión. Se trata de un software modular donde distintos algoritmos ponderan más de 400 variables para analizar el riesgo de crédito de cualquier empresa. El equipo humano de analistas que mantiene el sistema ajusta y perfecciona los algoritmos prácticamente a diario para mantener sus altas capacidades decisorias. A partir de un agregado de secuencias, los algoritmos del Sistema Automático de Decisión rastrean, captan, comparan y analizan cantidades ingentes de información crítica sobre compañías y transacciones en todo el mundo. De ese conocimiento a la vez panorámico y milimétrico, el algoritmo destila la esencia del servicio que espera un asegurado de Crédito y Caución: una posición sólidamente fundamentada sobre la línea de crédito comercial que merece cada cliente en función de su riesgo de crédito. La combinación de algoritmos que conforman el Sistema Automático de Decisión es capaz de contestar de forma inmediata cerca del 80% de las peticiones de cobertura por parte de los asegurados. Del resto, las más difíciles, se encarga la inteligencia humana de los insustituibles analistas.
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