Sanz Consulting

La combinación de una mayor longevidad con una natalidad estancada provocará que en 2050, las personas mayores de 65 años superen el 30% de la población española, con más de cuatro millones de octogenarios. En 1960, este porcentaje apenas alcanzaba el 8,2%. Se trata de un cambio drástico en la estructura demográfica que supondrá un desafío social y económico.   Retos y oportunidades Las oportunidades de negocio alrededor de este reto demográfico son enormes y se plasman en la llamada Silver Economy, que abarca todos los negocios ya existentes o emergentes relacionados con el envejecimiento de la población. Oxford Economics va engloba dentro de la Silver Economy a todas las actividades económicas que satisfacen las necesidades de los mayores de 50 años, un enorme abanico de productos y servicios que muchas empresas y profesionales buscarán satisfacer.    Un segmento de negocio muy rentable Estas oportunidades no solo se basan en un tamaño de mercado considerable y creciente, sino también un poder adquisitivo por encima de la media. La propia Comisión Europea marca a la Silver Economy como uno de los principales motores de desarrollo económico en Europa en los próximos años.  Europa está mejor posicionada que otros países desarrollados a la hora de generar estas oportunidades de negocio. Esto se debe a la importante participación del sector público a través del Estado de Bienestar, ya que cubre buena parte de los gastos en asistencia sanitaria y dependencia, incentivando la participación privada de forma complementaria. Además, la Silver Economy no afecta solo a los mayores, sino también a su entorno. Mientras que la familia dedica esfuerzos en atender al mayor tendrá la necesidad de otros servicios complementarios.    Cómo aprovechar las oportunidades que ofrece la Silver Economy El primer paso para aprovechar estas oportunidades está en la adaptación de productos y servicios a las preferencias de los más mayores. Hay que ten en cuenta aspectos claves como:  •    Mayor socialización. •    Demanda productos y servicios de calidad muy segmentados y personalizado. •    Fidelidad, son bastante más leales en sus elecciones.  •    Experiencia y cercanía en los procesos de captación de clientes.  Todo ello se plasma en multitud de sectores.   Sanidad y dependencia En este segmento destaca el turismo sanitario, en el que España puede ser un mercado de referencia de otros países tanto por su buena relación calidad/precio, como por ser un destino seguro y culturalmente cercano. No es el único campo de importante crecimiento. Por ejemplo, la telemedicina, como hemos visto durante el confinamiento, no solo conlleva una optimización de recursos sanitarios, sino también otras ventajas como evitar desplazamientos y un aumento de eficiencia para médico y paciente. En dependencia, la formación y preparación de los cuidadores es ya un punto clave, al que se añaden otros derivados de los avances tecnológicos como la robotización.   Ocio y tiempo libre Si bien el ocio de los mayores ya tiene una gran relevancia económica en países como España, su margen de crecimiento es muy importante. Las tendencias apuntan a una diversificación del modelo de sol y playa a ofrecer nuevos destinos y experiencias centrados en una población mayor cada vez más activa.    Vivienda  Veremos viviendas más tecnológicas que permitirán a los más mayores tener más autonomía y libertad uniendo aspectos como seguridad y comodidad. Muchos de los avances de los hogares domóticos tendrán su reflejo en viviendas más inteligentes para mayores.    Servicios financieros El enfoque principal se centra en la personalización y también en la necesidad de servicios de calidad. Esto se plasma en segmentos como la gestión de patrimonio y productos de inversión muy ligados a sacar el máximo provecho a esos ahorros que tienen como fin conseguir el mejor nivel de vida.     Comercio La recuperación del comercio de proximidad se deberá en buena parte a un público más fiel y con mayor poder adquisitivo como son los mayores. Pero no solo hay oportunidades en el retail tradicional. En el caso del comercio online hay que desterrar las políticas solo enfocadas en el precio y centrarse más en buscar la satisfacción del comprador, en aspectos como entrega del producto y atención al cliente, antes y después de la compra.