`Las compañías de seguros de crédito son vitales?
cycnews reproduce la entrevista al premio Nobel de Economía 2002, Daniel Kahneman, en la que analiza la dificultad de tomar decisiones y de encarar riesgos.
La aversión a la pérdida hace que los individuos prefieran no prescindir de 100 euros antes que ganarlos. Este comportamiento es tan sólo una de las manifestaciones de los llamados atajos heurísticos, una parte esencial de la principal contribución del psicólogo Daniel Kahneman a la ciencia económica: la teoría de las perspectivas. Según esta, en entornos de incertidumbre los individuos toman decisiones que se apartan de los principios básicos de la probabilidad. Es decir, atajan. cycprisma habló con el premio Nobel de Economía acerca de la difícil ciencia y arte de tomar decisiones y de encarar riesgos. En Pensar rápido, pensar despacio, su libro más reciente, explica cómo la toma de decisiones y la formulación y emisión de juicios están, a menudo, sujetas a errores sistemáticos o de sesgo. ¿Es la crisis económica actual el clásico ejemplo de una larga cadena de tomas de decisiones equivocadas? Siempre es posible encontrar sesgos, particularmente cuando algo no funciona o fracasa. Hemos vivido una burbuja clásica, y en una burbuja la gente se comporta de una forma bastante extraña. Muchos compradores de bienes inmobiliarios, por ejemplo, pensaron que los precios seguirían subiendo de manera infinita. Evidentemente, eso es un error. Incluso quienes sabían que estaban inmersos en una burbuja creyeron que podrían escapar del crack. Se trata de un síntoma más del exceso de confianza que tan bien conocemos. No obstante, la causa de la crisis se halla en quienes agruparon hipotecas y en la creación de instrumentos financieros. Quienes los idearon sabían lo que hacían y actuaron racionalmente. No procedieron necesariamente según los mejores intereses de las instituciones a las que pertenecían, pero sí claramente según los suyos. Los banqueros que contribuyeron a la crisis salieron muy bien parados, por lo que es muy difícil acusarlos de haber actuado irracionalmente. A pesar de todo, ¿hemos aprendido la lección? ¿Podemos confiar en que las decisiones actuales se alcanzan de manera racional y lógica, y que llevarán a una prosperidad futura? No veo ninguna razón para tener confianza en ello. Los banqueros seguirán asumiendo riesgos si se les paga y recompensa por ello: forma parte de la naturaleza humana. Tenemos que cambiar las cosas. La pregunta es si ha cambiado el entorno en el que se toman esas decisiones. Y si es así, si también lo han hecho los incentivos. Entonces podremos esperar un comportamiento diferente. Pero no creo que la gente haya aprendido inevitablemente de la crisis que necesita comportarse de otra forma. Quizá la supervisión sea ahora algo más estrecha y haya una mayor aversión al riesgo, pero incluso dudo de esto. Si se ha producido un cambio, es de tipo institucional.
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¿Qué importancia tiene, en su opinión, el papel de los seguros de crédito dado el nivel de riesgo que afecta al comercio internacional? No hay duda de que son vitales en lo que respecta a la asunción de riesgos económicos. Los fondos comunes de capital y de riesgos facilitan que pequeñas unidades sociales sean activas económicamente y asuman más riesgos porque están cubiertos. Usted distingue entre dos procesos mentales que intervienen en la toma de decisiones: el pensamiento intuitivo y el pensamiento deliberado. ¿Cuándo entran uno y otro en acción? Cualquier toma de decisión, cualquier elección, está influida por elementos deliberados y otros esencialmente automáticos o emocionales. Invertir esfuerzos en problemas triviales resulta una pérdida de tiempo. Por otra parte, tomar decisiones de envergadura sin deliberar y sin un grado considerable de autocrítica conlleva un enorme riesgo. ¿Difiere el proceso de toma de decisiones entre pymes y grandes compañías? Las grandes empresas serán más burocráticas casi por necesidad. Soportan un mayor peso jerárquico y de control que las pymes, lo que afecta a la calidad de la toma de decisiones, los niveles de supervisión y la especialización. Todas estas cosas indudablemente ocurren a medida que las empresas crecen. Todos sabemos lo que es tomar decisiones bajo presión. Os remito a un libro decisivo de Chip y Dan Heath: Cómo tomar mejores decisiones en el trabajo y la vida. Trata acerca de los problemas inherentes a la toma de decisiones y ofrece muy buenos consejos. Desde su perspectiva, ¿qué lectura hace de la situación en España? ¿Fueron las decisiones racionales origen de su carácter crítico? ¿Qué medidas pueden adoptar sus líderes para mejorar este aspecto en el futuro? Remitiría la pregunta sobre la causa de la crisis en España y su severidad a los economistas. Desde el punto de vista psicológico, a los líderes les podría resultar útil aprender a reducir la resistencia de otros a sus propuestas. Pero no creo que la economía conductual aporte consejos específicos que estos deban seguir. Se encuentran ante una situación extremadamente difícil. Se trata de un problema fundamentalmente político y se producen presiones. Por eso no estoy seguro de que consultar un libro de psicología fuera muy útil en este momento para los líderes de su país. Ante la crisis, unos abogan por la austeridad fiscal y la reducción de la deuda, otros por el estímulo fiscal. ¿Por cuál opta? No soy economista, por lo que no debería responder a preguntas sobre política económica. ¡Parecería un tonto! Es una respuesta interesante, dado que ganó el Premio Nobel de Economía. Soy psicólogo y por eso puedo hablar sobre la toma individual y grupal de decisiones, pero no puedo opinar sobre política fiscal, austeridad o estímulos fiscales. ¿Nunca siente la tentación de expresarse sobre ello? ¿Si estoy tentado? Pues sí. Como todo el mundo tengo mis opiniones políticas, pero sé perfectamente que no han sido conformadas sobre la base de un conocimiento económico profundo. Como en la mayoría de las personas, mis creencias se forman a partir de la gente en quien confío. Deposito mi confianza en las personas con quien normalmente estoy de acuerdo, dadas mis ideas políticas. Me resultan convincentes, pero eso no me cualifica como experto. En su opinión: ¿qué tendrían que hacer los organismos para mejorar la calidad de los juicios y las decisiones que se emiten en representación suya? Pueden hacer varias cosas: por una parte, pueden reducir los sesgos; por otra, reducir el ruido. Conocemos sobradamente el origen de los sesgos. También hemos identificado los sesgos que hacen vulnerable la toma de decisiones. De la misma manera, parece posible el desarrollo de procedimientos que sirvan para comprobar la existencia de sesgos en las decisiones importantes. Hace dos años publiqué, junto a mis compañeros, un artículo sobre el tema en el Harvard Business Review. La disminución del ruido es otro asunto. No tiene que ver con las decisiones estratégicas, sino con otras menores que se toman en las organizaciones. Los bancos hacen muchos préstamos, las compañías de seguros aseguran a muchas personas. Se producen múltiples decisiones. Si mejoramos la manera en que se alcanzan, es decir, la uniformidad de los procesos, seguramente mejoraremos la calidad de la toma de decisiones. Y en este ámbito no se está haciendo lo suficiente. ¿Es la Psicología hoy una asignatura clave de los cursos MBA? Siempre ha sido un aspecto curricular importante de los MBA. El marketing, el comportamiento de los consumidores y las finanzas conductuales están fuertemente influidos por la Psicología. Cuando ganó el Premio Nobel, ¿le sorprendió el reconocimiento a la Psicología como parte de otra disciplina, la Economía? Yo no diría sorprendido: sabía que era candidato. No se lo concedieron a la Psicología en sí misma: valoraron su influencia en la Economía. Esto último no se debe tanto a mi trabajo como al de los economistas conductuales, que difundieron estos mensajes e intentaron basar los conocimientos económicos en supuestos diferentes a los habituales. ¿Ha contribuido este premio a elevar el perfil de la Psicología dentro la Economía? Sin duda. Pero no sólo el Nobel: la Medalla Clark es un galardón de suma importancia entre los economistas. Los estudios de economía conductual han obtenido varias. |