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La política monetaria es una de las herramientas más relevantes para controlar el coste y la disponibilidad del dinero en la economía. En la zona euro es responsabilidad del Banco Central Europeo, que utiliza instrumentos como la facilidad de crédito o la facilidad de depósito para proporcionar y absorber liquidez a través del control de los tipos de interés. Gracias a ello se puede gestionar la cantidad de dinero en circulación y estabilizar los mercados financieros.    Facilidad de crédito La facilidad de crédito o facilidad marginal de crédito permite a los bancos de la zona euro obtener liquidez del Banco Central Europeo de un día para otro, lo que se conoce en los mercados como overnight. Esta facilidad permite a los bancos asegurar la liquidez.  El tipo aplicado se considera un techo, ya que suele estar por encima de las operaciones principales de financiación de los bancos a una semana, buscando que sea una opción limitada y de uso urgente por parte de los bancos. El coste de esta liquidez se traslada a los clientes finales, ya sean consumidores o empresas. En términos de política monetaria, la facilidad de crédito sirve como un instrumento de control de la liquidez en el sistema bancario. En momentos de inflación este tipo de interés se eleva para endurecer la política monetaria. Facilidad de depósito En lado contrario, la facilidad de depósito o facilidad marginal de depósito es el instrumento que pone a disposición el Banco Central Europeo a los bancos para que también en el corto plazo, overnight, puedan conseguir rentabilidad depositando su liquidez sobrante.  Su labor es fundamental para que los bancos depositen su exceso de liquidez en un instrumento seguro que, en situación normal de mercado, ofrece rentabilidad positiva pero reducida, lo que desincentiva su uso frente a otras alternativas, como el préstamo a empresas y particulares.  En términos de política monetaria, este tipo de interés sirve de suelo para los tipos de mercado. La facilidad de depósito es utilizada como mecanismo para drenar los excesos de liquidez del mercado. Una tasa mínima incentiva a los bancos a prestar más y apoyar la inversión económica.   Tipos de interés y control de precios Estos tipos de interés son fundamentales en nuestro día a día. Ambos tipos marginales forman una horquilla cuyo punto medio es el más conocido tipo de referencia del Banco Central Europeo. Por ejemplo, si el tipo marginal de crédito es del 4,75% y el tipo marginal de depósito es el 4,25%, el tipo que informa el BCE será el 4,50%. Lo más relevante es como ambas facilidades actúan para frenar o aumentar la liquidez del sistema. No son las únicas herramientas para gestionar la estabilidad monetaria y financiera en la eurozona, pero sí son las herramientas principales. Al influir en las tasas de interés y la liquidez del mercado, el Banco Central Europeo basa el cumplimiento de sus objetivos de política monetaria en ambas, fomentando un ambiente económico estable y propicio para el crecimiento sostenido. Todo cambio en ambos tipos de interés oficiales afecta a los tipos de interés que los bancos comerciales ofrecen a sus clientes tanto en los préstamos, ya sean personales, hipotecarios o empresariales, como en los depósitos. Todo ello incide en la demanda sobre productos, influyendo en dos variables que en ocasiones chocan y es difícil equilibrar: el crecimiento económico y el control de la inflación.