11Jul2023
Las empresas se adaptan al endurecimiento financiero
Según los últimos estudios del BCE, es probable que muchas empresas tengan que hacer frente a un menor acceso a la financiación en los próximos meses.
El Banco Central Europeo ha confirmado un "fuerte endurecimiento de las condiciones de financiación" en su última Encuesta sobre el Acceso a la Financiación de las Empresas. El 87% de las empresas señalan un aumento de sus tipos de interés bancarios, lo que supone un empeoramiento de 16 puntos porcentuales con respecto a la anterior encuesta semestral. Según el indicador global elaborado por el banco central, que recoge las variaciones de los tipos de interés bancarios junto con otros costes financieros como gastos, honorarios y comisiones, el deterioro sostenido de las condiciones de financiación afecta al 47% de las empresas de la zona del euro, el porcentaje más alto desde que comenzó la encuesta en 2009. El deterioro es más pronunciado en España e Italia que en otros países. En el lado positivo, el BCE constata que el impacto de este endurecimiento de las condiciones de financiación se ve aliviado en cierta medida por el "contexto de aumento continuado del volumen de negocio". Por el momento, la proporción de empresas vulnerables desde el punto de vista financiero se mantiene prácticamente sin cambios: según los cálculos del BCE, el 5,8% de las empresas de la zona del euro han experimentado grandes dificultades para gestionar sus negocios y reembolsar sus deudas en los últimos seis meses. Estas empresas vulnerables afrontan simultáneamente un menor volumen de negocio, una disminución de los beneficios y un aumento o mantenimiento de la ratio de deuda, además de un incremento de los costes financieros. Los porcentajes netos de empresas con dificultades para obtener financiación bancaria también se mantienen estables (5% de las grandes empresas y 9% de las pymes). Sin embargo, de cara a los próximos seis meses, las empresas de la zona del euro, especialmente en Alemania, España y Francia, prevén un empeoramiento de la disponibilidad de préstamos bancarios y líneas de crédito, que esperan compensar mejorando la disponibilidad de fondos internos. ¿Qué significa esto para las empresas? Nuestra previsión como aseguradora de crédito es que la inflación se mantendrá alta y que solo se reducirá hacia el objetivo gradualmente en los próximos uno o dos años. A pesar de esta perspectiva, también hemos constatado que las empresas europeas son optimistas en cuanto a sus expectativas de crecimiento. En nuestro reciente Barómetro de Prácticas de Pago 2023 el 63% de las empresas de Europa Occidental esperan una fuerte mejora de la demanda en el próximo año. Esta cifra contrasta con el 55% de Europa del Este. Pero con un acceso reducido a la financiación y un aumento de los intereses y los costes de producción, ¿cómo se financia ese crecimiento? Nuestra conclusión es que las empresas están rediseñando sus estrategias de financiación y recurriendo al crédito comercial como fuente a corto plazo. Por crédito comercial entendemos la oferta de plazos de pago más largos para fomentar las ventas y también la mayor duración de las prórrogas antes de liquidar los pagos pendientes, para cubrir los déficits de liquidez a corto plazo. De acuerdo con nuestro barómetro, en los últimos doce meses han sido más las empresas que han recurrido al crédito comercial para adquirir bienes o servicios que a cualquier otra fuente de financiación, y la cifra va en aumento. En Europa Occidental, el 47% de los encuestados había recurrido al crédito comercial, mientras que sólo el 36% había solicitado un préstamo bancario. En Europa del Este, las tasas son del 46% y el 44%, respectivamente. ¿Qué probabilidades hay de que se produzca una oleada de impagos? Ampliar los plazos de pago y pagar más tarde supone un difícil equilibrio para las empresas. En estas circunstancias, es inevitable que algunas empresas tengan más dificultades para pagar sus facturas en los próximos meses. El crédito comercial es una forma de que las empresas liberen efectivo a corto plazo, a la espera de obtener beneficios más adelante. En tiempos de bonanza, puede ser una solución sensata tanto para compradores como para vendedores. Pero su uso creciente durante un periodo de turbulencias económicas prolongadas sugiere que cada vez más empresas se centran simplemente en mantener el motor en marcha y podrían acabar pasando apuros para pagar las facturas. Con clientes cada vez más comprometidos económicamente que adoptan la estrategia de "compre ahora y pague después", los vendedores están muy expuestos a la posibilidad de retrasos en los pagos e impagos. En este contexto, las empresas deben ser muy conscientes de los cambios en el riesgo de crédito comercial de sus propios clientes y prepararse en consecuencia. Si el BCE tiene razón, el acceso de las empresas a opciones de financiación más seguras y a más largo plazo puede reducirse aún más en los próximos meses. La probabilidad de que se produzcan retrasos en los pagos, impagos e incluso insolvencias no hará sino aumentar.