Riesgo y gestión empresarial en la postcrisis
cycnews reproduce la tribuna del presidente de AFI [Analistas Financieros Internacionales] publicada en cycprisma en la que aborda el entorno económico actual.
Riesgo y Gertión empresarial en la Postcrisis Emilio Ontiveros, Presidente de AFI y catedrático de la UAM
Muchas economías, en particular las más desarrolladas, apenas están creciendo, al tiempo que exhiben una tasa de paro que está en máximos de las últimas décadas. La causa fue una mala gestión de riesgos. Más de tres años después de su emergencia, seguimos sufriendo las consecuencias de la crisis financiera y económica más compleja y severa desde la que condujo a la Gran Depresión. Y si hubiera que sintetizar en una sola las razones que condujeron a esa crisis sobre las que el consenso de los analistas es amplio, esta sería una deficiente supervisión y gestión de riesgos en las entidades financieras estadounidenses: la incapacidad para evaluar la transcendencia de esa fiebre de financiación hipotecaria a prestatarios de baja calidad crediticia. A pesar de las recompensas ofrecidas, los riesgos fueron torpemente asumidos y mal gestionados. Los supervisores de las entidades también fallaron. Su rápida propagación a otros sistemas financieros tampoco permite aislar en esa responsabilidad exclusivamente a las empresas financieras americanas.
Para acceder a los contenidos de cycprisma, pulse sobre la imagen. Regulaciones financieras Esa lección ha quedado clara también para los supervisores y reguladores de todos los países. Las adecuaciones que se están llevando a cabo en las regulaciones financieras en todo el mundo, las ya observadas en Estados Unidos y la Unión Europea, así como las que probablemente impulse el G-20, no hacen otra cosa que resituar el papel del riesgo y su control en las entidades crediticias, subrayando su posición central. Aunque más difíciles de concretar que las estipulaciones sobre el grado de apalancamiento o la dimensión máxima de las entidades de crédito, los supervisores van a exigir a las empresas financieras sistemas de gestión de riesgos de mayor calidad y más susceptibles de someterse al escrutinio externo.
Gestión de riesgos La crisis, aun cuando en su origen fuera financiera, también ha generado impactos en la mayoría de los sectores económicos, y ha reforzado la sensibilidad de las empresas no financieras a la gestión de riesgos. La incertidumbre, las pretensiones por probabilizar los posibles estados relevantes en los procesos de adopción de decisiones, no son precisamente exclusivos del sector financiero. En realidad, además de sufrir las consecuencias de un entorno financiero inestable, la naturaleza de los riesgos a los que se enfrentan las empresas en otros sectores pueden ser más diversos [legales, de calidad de producto, reputacionales, naturales, etcétera] y más complejos. Desde luego, menos recurrentes, en no poco casos y, por tanto, menos susceptibles de generar el mínimo aprendizaje, como pueden permitir algunos riesgos de naturaleza más directamente financiera, como el riesgo de crédito.
Nuevos escenarios La virulencia y complejidad de esta crisis ha servido, efectivamente, para que las empresas no financieras contemplen escenarios verdaderamente excepcionales, apenas considerados razonables hace apenas un par de años. La eventual fragmentación de la eurozona, o la exclusión de alguna de las economías que comparte la moneda única europea, ha sido un escenario en el que, desde nuestra propia experiencia en Afi, algunas empresas relevantes no financieras, nos han solicitado análisis de sensibilidad de su posición, de sus estados financieros, o de sus mercados potenciales, ante la eventual emergencia de escenarios similares.
Cambio de actitud Ahora bien, sin menoscabar la relevancia de esa renovada aversión al riesgo y de la importancia que la función de gestión de los mismos va a tener en la dirección de empresa, en la formulación de estrategias, conviene advertir de un exceso de inhibición o de agarrotamiento en los procesos decisionales. El riesgo no solo va a seguir existiendo, sino que de la actitud hacia el mismo y de la calidad de su gestión va a depender la diferenciación y los resultados empresariales. Sería un error huir del riesgo. Es mejor gestionarlo de forma inteligente, manejando de forma adecuada la información disponible y los medios de cobertura y protección. Asumir riesgos es, en realidad, una fuente de generación de valor. No olvidemos que emprender e innovar son sinónimos de asumir riesgos. Y sin ambas piezas no hay prosperidad. |
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