13Mar2023

¿Qué son los tipos de interés?

El tipo de interés representa el precio del dinero. Pero, ¿quién y cómo determina los tipos de interés?

¿Qué son los tipos de interés?
Esencialmente, el tipo de interés representa el precio del dinero. De forma simple, puede definirse como un pago monetario que se recibe como contraprestación a la entrega de otra cantidad. Detrás de esta definición hay una casuística muy variada, que nos puede colocar en la posición del que paga -como cuando se pide un préstamo-, o quien recibe -como sucede con un depósito-. Aunque el fin principal de los tipos de interés es remunerar una operación financiera, también pueden establecerse como indemnización por un incumplimiento, como ocurre con los intereses de demora.    ¿Quién determina los tipos de interés? Aunque hay operaciones donde existe libertad para fijar entre las partes que tipo de interés aplicar, en muchas otras se aplican tipos de interés son oficiales determinados por una normativa o una institución.  En la zona euro son de enorme relevancia los tipos de interés que establece el Banco Central Europeo (BCE) para las operaciones interbancarias. Constituyen el instrumento más importante de política monetaria (restrictiva si se suben, expansiva si se reducen). De estas operaciones interbancarias además surgen tipos como el euribor, muy conocido por ser el tipo de referencia más usado en las hipotecas a tipo variable, a un mes, tres meses, seis meses o doce meses.   El tipo de interés compuesto Existen diferentes formas de aplicar estos tipos de interés. Una de ellas, de gran importancia, es el interés compuesto. Se atribuye a Albert Einstein la definición del interés compuesto como “la fuerza más poderosa del Universo”. Apócrifa o no, lo cierto es que tiene unos efectos multiplicadores enormes.  El interés compuesto es aquel que se va sumando al capital inicial y por tanto genera nuevos intereses. Lo vemos más claro en un ejemplo: Imaginemos un depósito de 10.000 euros en el que se aplica un 1% nominal mensual todos los meses y se aplica el interés compuesto. El primer mes el depósito producirá 100 euros:  10.000 euros x 1% = 100 euros Pero estos intereses se acumulan al capital, por lo que en el segundo mes tendremos 10.100 euros, con lo que el depósito produciría 101 euros: 10.100 euros x 1% = 101 euros. Si esto se aplica durante largos periodos de tiempo, el efecto multiplicador de los tipos de interés compuestos es cada vez mayor.   ¿Qué es la Tasa Anual Equivalente (TAE)? El concepto de interés compuesto nos introduce a otro muy importante como es saber diferenciar el Tipo de Interés Nominal (TIN) de la Tasa Anual Equivalente (TAE). En nuestro ejemplo el TIN que se aplica es del 1% mensual que, si lo multiplicamos por 12 meses, nos daría un TIN anual del 12%. Sin embargo, como hemos visto, al aplicarse cada mes los intereses a su vez generan otros, por lo que si anualizamos lo que en verdad se paga o recibe, su TAE, será del 12,68%. La TAE ayuda a homogeneizar para su comparación pagos y cobros que se realizan en distintas unidades de tiempo. Debe incluir todos los gastos adicionales a los que debe hacerse frente de forma obligatoria, como una comisión de apertura. A la hora de comparar dos posibles financiaciones debemos fijarnos siempre en la TAE.   ¿Cómo se determina el tipo de interés? Cómo ya hemos señalado los tipos de interés se pactan libremente en muchas operaciones pero hay condicionantes que influyen sobre su cuantía. •    Plazo: en los préstamos, cuanto más extenso es el plazo de devolución menor será el tipo de interés. En los depósitos ocurre lo contrario. •    Riesgo: A mayor riesgo de no devolver el préstamo o amortizar el bono o letra, el tipo de interés será superior. •    Garantías: Muy relacionado con el anterior, si existen garantías externas, por ejemplo un inmueble en una hipoteca, el tipo de interés será inferior a si no existen.
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