El apoyo de los bancos evita un aumento de insolvencias en Japón
El pago puntual en Japon no equivale a una buena tesorería. De acuerdo con sus usos comerciales, muchas empresas cumplan con sus obligaciones de pago hasta la quiebra.
Tras el profundo deterioro registrado en el primer semestre del año pasado, la economía de Japón se está recuperando lentamente, impulsada por un aumento de las exportaciones a la región Asia Pacífico. Según estimaciones del FMI, el PIB habría caído un 5,7% en 2009.
Las insolvencias empresariales aumentaron un 4,9% interanual en 2009. Los sectores más afectados fueron acero/metal (50% interanual), maquinaria (70%), caucho (88%), piel y comercio (50%), así como maderas y textil (20%). No obstante, la frecuencia de las quiebras se redujo en el segundo semestre del año, gracias a los programas de la Administración y al decidido apoyo de los bancos durante la crisis.
De acuerdo con sus usos comerciales, es habitual que los compradores en Japón liquiden las facturas en la fecha de vencimiento o antes. Sin embargo, habida cuenta de que tantas empresas japonesas siguen pagando diligentemente hasta el momento de declararse en quiebra, los pagos puntuales no significan necesariamente que el cliente japonés tenga una generación sólida de flujos de caja. Para muchas empresas, dichos pagos puntuales sólo son posibles porque los bancos se han mostrado generosos en la financiación, lo que ha generado balances débiles y apalancados. Como resultado de ello, esas empresas podrían quebrar fácilmente.
Perspectivas de recuperación inciertas
El FMI prevé que el PIB japonés rebotará un 1,3% en 2010. Pero la recuperación parece todavía frágil, siendo necesario tener presentes muchos aspectos adversos. La fortaleza del yen respecto a las monedas internacionales afectará negativamente a un mayor crecimiento de las exportaciones, y los elevados precios de los bienes japoneses de exportación pueden dejarlos fuera de mercado. La deuda del Gobierno de Japón no ha dejado de aumentar en los últimos año, llegando al 174% del PIB en 2008 y podría incluso situarse en el 220% en 2010 como resultado de nuevos programas de gasto. El desempleo ha alcanzado sus niveles históricos más altos desde la Segunda Guerra Mundial (5,1% de los trabajadores en diciembre de 2009), los salarios están cayendo, las empresas están aplazando los gastos de capital y el riesgo de deflación está aumentando, al caer los precios al consumo por décimo mes consecutivo en diciembre de 2009 (-1,7%).
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