La digitalización aterriza en el transporte aéreo de mercancías
Las nuevas tecnologías facilitan que el transporte aéreo de mercancías sea más rápido, barato, inteligente y ecológico. En 2023, más del 80 % de las transacciones de carga aérea ya se realizaban de forma digital.
El transporte aéreo de mercancías, tradicionalmente asociado a productos de alto valor añadido y entregas urgentes, está experimentando una transformación radical impulsada por la tecnología. Lejos de ser un simple eslabón logístico, hoy constituye un motor estratégico para el comercio global.
Desde la Inteligencia Artificial hasta la movilidad aérea urbana con drones, las innovaciones están redefiniendo no solo cómo se transportan los productos, sino también introduciendo nuevos actores y desarrollando prácticas más sostenibles.
Uno de los cambios más evidentes en la última década ha sido la progresiva digitalización de los procesos logísticos. Las plataformas digitales que gestionan la carga aérea han permitido integrar aerolíneas, operadores logísticos y clientes en sistemas unificados que automatizan tanto las reservas, como la documentación y el seguimiento de las mercancías.
La adopción del e-AWB (Air Waybill) por parte de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha supuesto un punto de inflexión por las ventajas que ofrece. La eliminación del papel no solo agiliza trámites aduaneros, sino que también mejora la trazabilidad y reduce errores humanos. En 2023, más del 80 % de las transacciones de carga aérea ya se realizaban de forma digital.
Lo más reciente ha sido la incorporación de Inteligencia Artificial para predecir la demanda, optimizar el uso del espacio en bodega y ajustar precios dinámicamente.
En el comercio internacional, conocer en todo momento la ubicación, el estado y la seguridad de una mercancía es esencial. Por ello, el uso de sensores IoT (Internet de las cosas) ha crecido exponencialmente en el sector aéreo, sobre todo para cargas críticas como medicamentos, dispositivos electrónicos o alimentos perecederos. Estos dispositivos permiten monitorizar la posición GPS, controlar aspectos como la temperatura, humedad o vibraciones, anticipar incidencias y cumplir con normativas sanitarias o medioambientales.
Al uso de IoT se suma el blockchain, enfocado en garantizar la trazabilidad documental, la integridad de los contratos y la inalterabilidad de la información durante todo el proceso logístico. Esto es crucial para los envíos de alto valor o con condiciones contractuales complejas.
La automatización ha transformado los centros de carga de los aeropuertos. Muchos hubs están incorporando AGVs (vehículos de guiado automático), brazos robóticos y sistemas inteligentes de clasificación en almacenes automatizados que permiten una rotación mucho más rápida de mercancías y reducen significativamente el error humano. Esto se traduce en menos retrasos, mayor volumen operativo y menores costes, lo cual influye directamente en la competitividad de las exportaciones e importaciones.
Además, estos sistemas también se alimentan de algoritmos de IA que optimizan la distribución de cargas, lo que maximiza el aprovechamiento del espacio aéreo disponible.
Uno de los campos más prometedores del transporte aéreo es el uso de drones para logística. Aunque su utilización en grandes volúmenes aún es muy limitada, ya están avanzando su uso con éxito en sectores específicos como entregas médicas, transporte de muestras clínicas o envíos urgentes en zonas rurales.
Además, se están desarrollando drones de mayor tamaño para transporte de mercancías entre centros logísticos o incluso vuelos de media distancia. Por todo ello, en el corto plazo se multiplicará el desarrollo de vertipuertos, plataformas de despegue vertical para drones, que anticiparán esta nueva era aérea.
Uno de los desafíos más urgentes del transporte aéreo de mercancías es su impacto medioambiental. Aunque apenas representa el 1% del volumen global de mercancías, el transporte aéreo supone cerca del 15% de las emisiones del transporte internacional. Para mitigar este impacto, las aerolíneas están invirtiendo en:
• Nuevas aeronaves más eficientes, como el Airbus A350F o el Boeing 777XF.
• Combustibles sostenibles para la aviación (SAF), que se produce con fuente renovable y que busca reducir hasta un 80% las emisiones respecto al queroseno tradicional.
• Optimización de rutas de vuelo mediante algoritmos que minimizan el consumo.
La suma de todos estos avances ha convertido el transporte aéreo en una pieza aún más estratégica del comercio global. Ya no es solo un medio para envíos urgentes, sino un vector de competitividad para industrias como la farmacéutica, la electrónica, la moda o el comercio electrónico.
De hecho, el auge del e-commerce transfronterizo ha sido clave en su desarrollo. Según la consultora McKinsey, el 80% de los envíos de comercio electrónico internacional que superan los 100 euros se realizan por vía aérea, y se espera que este porcentaje crezca con la expansión de los mercados B2C globales.
Por todo ello, el transporte aéreo de mercancías se encuentra en plena metamorfosis. Las nuevas tecnologías no solo lo hacen más rápido o más barato, sino más inteligente, ecológico, transparente y conectado. Estas innovaciones están redefiniendo las reglas del comercio internacional, permitiendo que nuevos actores participen, que más productos viajen más lejos y más rápido, y que la sostenibilidad se integre en el núcleo de las decisiones logísticas.
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